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sábado, 28 de agosto de 2010

Las vitaminas y yo



La verdad es que hay gente loca con las vitaminas. Aquí en la tienda es típico que alguien te diga: "Dame unas vitaminas, que estoy cansado". Todo lo que tenga vitaminas les parece mejor: cremas, laxantes, relajantes...
Lo que no saben es que eso de estar un poco cansado, normalmente es por exceso de estrés, falta de sueño y comer mal. Todo se solucionaría con la alimentación y todas las vitaminas están en la comida, pero luego entra el caso particular de cada uno: si toman determinados medicamentos, se impide la absorción de vitaminas, si abusan de los laxantes, ocurre lo mismo. ¿Qué solucionan tomando esas vitaminas artificiales? Nada, más bien lo empeoran pues cargan el hígado de productos raros y tiene que eliminarlos, lo que supone un gasto de energía más en un cuerpo agotado.
Hoy estoy un poco negativa con esto de las vitaminas, pero es que me cansa la tontería de la gente y su falta de conocimiento.
Yo también me encuentro cansada miles de veces, pero se puede deber, en mi caso, a que he ido a una clase de spinning y he forzado muchísimo con la resistencia de la bici. 
Hablando de las clases del gimnasio, soy asidua a ese tipo de tortura que me encanta. El problema que tengo en mi gimnasio es que todos los monitores son "horribles". Eso de los chicos guapos del gimnasio lo dejaremos para las "pelis" americanas, pues aquí se contrata al más feo. Menos mal que estoy loca con el deporte, porque lo que es motivación...
León está deseando venir a esas torturas, pero todavía le quedan unos añitos...¡Qué disfrute mientras pueda!

martes, 24 de agosto de 2010

Un fin de semana en la montaña

Este fin de semana hemos disfrutado de la montaña palentina. Miré por Internet una casa rural por la zona donde queríamos ir y localicé una posada rural en Camasobres. Las fotos prometían un paraíso en el fin del mundo, pero al llegar, no resultó tan bonito. La casa estaba muy bien, eso sí, pero ni la piscina estaba activa (estamos en pleno agosto), ni los que allí estaban se preocupaban lo más mínimo por atender aquello. Las moscas del primer día se sumaron a las del segundo y el tercero, y menos mal que nos fuimos, porque si no nos convertimos nosotros en moscas. Por otro lado la comida era todo en conserva, nada fresco, así que ni vitaminas ni nada parecido. 
Bueno, las rutas estuvieron geniales, pues volví a disfrutar de la montaña por fin. El primer día subimos al nacimiento del Pisuerga bajo un sol abrasador, pero mereció la pena. Estuvimos todo el día caminando bajo el sol, bebiendo agua del río y sin comer, bueno, León comió un trozo de pan de un bocadillo olvidado en la mochila de hacía una semana. Por la noche hicimos una escapada nocturna para sacar fotos de la luna casi llena.
 Al día siguiente nos subimos a una montaña que había frente a la posada, la primera "trepada" de León, y no sé si la última de mi hermano (le daba vértigo). Esa ruta no la terminamos, pues una amiga, Mabel, a la que habíamos machacado el día anterior se negó a seguir, y como no sabíamos dónde estaba volvimos a la Posada y allí estaba tomando el solecito y un té, tan ricamente.
La comida que hicimos estuvo muy bien, pues compramos en un "super" verdura y cosas frescas, pero nos lo estropearon las cacas que había en el parque donde comimos (cambiamos tres veces de sitio) y el viento huracanado que soplaba. Acabamos a pleno sol sudando, pero con la panza llena.
Al volver a Santander paramos en la fábrica de Gullón  a comprar las famosas galletas y allí nos despedimos de Palencia y su olor a galleta hasta otro viaje que volvamos.

martes, 17 de agosto de 2010

La grasa de cerdo vegetal

La manteca de karité es la crema o mantequilla más hidratante que conozco. Yo, cuando la compro la utilizo para todo: para el pelo antes de acostarme, para el cuerpo, para los piececitos de León, para la cara. La verdad es que me encanta. Antes de echarme la crema del sol en la playa, me unto bien el la manteca con aceite de zanahoria y me queda una piel de lujo. A la tienda algunas veces me la piden como rejuvenecedora de la piel, pero tanto como milagros creo que no hace.
Mi padre Galleta, que es muy escéptico con estas cosas de mi tienda, ha sido el que la ha bautizado como la grasa de cerdo vegetal (muy fino él).
Creo que aparte de su poder para dejarte la piel brillante, tiene otra función oculta: atrae a marcianos en la playa. El otro día, Perejil y yo llegamos a una playa bastante desierta con Pluto, no había nadie en la arena, Cuando de repente, tras echarme mis ungüentos oímos una voz que decía a 20 centímetros de mi toalla: "Buenas tardes". Giré la cabeza y vi a un señor cuyos apéndices auriculares le sobresalían de su cabeza pequeñita. Es un poco difícil describir tanta fealdad, pero allí estaba una especie de Quasimodo de más de 80 años queriendo hacer amistades. Yo, en esos lances, siempre aprovecho la presencia de mi perro y me alejo de la zona peligrosa, pero la dejé a Perejil a merced de aquel especimen. Cuando volví (3 ó 4 minutos) Perejil me dejó bien clarito que no se me ocurriera irme de nuevo. ¿Qué le dijo aquel señor?No lo sé, pero también intentó jugar con Pluto, pero en seguida se aburrió, pues Pluto se dedica a buscar cosas más interesantes.
Creo que voy a dejar de usar la manteca de Karité por eso de los efectos secundarios, porque he comprobado que lo que es hombres de verdad, a ésos no los atrae.

viernes, 13 de agosto de 2010

Mi perro y sus cosas


Tengo un perro precioso, de color negro, aunque se está quedando blanco con los años. Perejil dice que es porque destiñe, ya que mientras el se queda blanco, las paredes de la casa van tomando un precioso tono grisáceo con manchitas de babas.
Mi perro es un poquito sibarita, pues se ha aficionado a las famosas bayas de goji, y no hay mañana que no me las pida con su carita de pena. Ha probado todas las comidas de pienso para perros: especial articulaciones, especial pelo, especial perros maduros, perros deportistas, comida ecológica, comida vegetariana y, la última, comida para perros difíciles, que no sé qué tendrá, pero imagino que sería para dificultad de tránsito, pues sus "cacas" durante la experiencia eran muy abundantes.
Utiliza todo tipo de productos de herbolario (creo que le voy a emitir una tarjeta descuento). Ahí va un resumen de sus caprichos:

  • Plata coloidal para sus otitis, nada más y nada menos que a 59 euros el frasco.
  • Agua de eufrasia para sus infecciones de ojitos, como dice León, cuando tiene los ojos bajos.
  • Equinácea de vez en cuando para que no se repitan las infecciones anteriores.
  • Aceite del árbol del té para sus pulgas. No es para que las pulgas se sienten a tomar el té, sino para eliminarlas, pero no me funciona muy bien, porque creo que cuando se lo echo se esconden en su nariz.
  • Nueces, avellanas y almendras, sólo en temporada, igual que las moras, que las coge el mismo cuando vamos de excursión. También es capaz de coger fresas, ciruelas o manzanas siempre que estén a su alcance, pero esto no ocurre todos los días.
  • Aloe vera y aceite de rosa mosqueta para los resultados visibles de tanto rascarse.
  • Voy a nombrar rápidamente otros productos por él utilizados, porque veo que no termino nunca: espirulina, levadura de cerveza, germen de trigo, cebada...
La lista es interminable, pero he conseguido que con doce años esté en plena forma. ¡Le necesito!

jueves, 12 de agosto de 2010

Os presento mi herbolario

Me encanta hablar con la gente de sus problemas. Hago las funciones de un psicólogo y creo que todos necesitamos a alguien que nos escuche. ¡Ah! ¡Si no me he presentado!. Me llamo Salvia y tengo una "enorme" tienda de productos dietéticos (un herbolario). A veces me ayuda mi madre Perejil e incluso mi hijo León hace sus pinitos en la tienda.
Ahora mismo, un sacerdote que compra muchas de esas hierbitas para sus feligreses acaba de contarme dos accidentes que tuvo en su juventud cuando iba en bici. ¡Qué cosas! Cómo les gusta compartir los recuerdos.
Espero poder informaros de las novedades que aparecen en la tienda y de todas las cosas que se me ocurran y creo que puedan ser de interés. Si queréis hacerme preguntas o hablar sobre algo concreto no tenéis más que decírmelo.