¡Por fin llega la primavera! Aunque el tiempo está un poco loco, no hay duda de que ya se nota en los días más largos, los brotes de los árboles, las flores en el campo... Hoy vamos a aprovechar para hablar de los germinados, especiales en esta época por todos los beneficios que nos aportan y lo sencillo que es hacerlos en casa.
Los germinados son alimentos vivos, lo que aumenta su valor nutricional, que se mantiene hasta el momento de ser consumidos.Cuando germina la semilla se liberan todos los nutrientes y,al ser un alimento predigerido, ayuda a su asimilación, especialmente interesante en personas con el estómago delicado.
Tienen un montón de nutrientes, desde los aminoácidos que aportan, pasando por las vitaminas, la clorofila, los minerales...
¿Qué se necesita para germinar una semilla? Pues lo primero de todo, ¡la semilla! Por supuesto ecológica. Puede ser casi cualquier semilla, desde trigo hasta pipas de girasol... Las más conocidas son la de alfalfa y la de soja, pero veréis que en cuestión de semillas no hay límite. Los sabores varían muchísimo, el suave de la alfalfa, el dulce del trigo, el picante del rabanito...
Una vez elegida la semilla (puede ser más de una), sólo necesitamos un recipiente, que puede ser una germinadora o un simple plato, agua, calor y oxígeno. Con estos ingredientes nos aseguramos de que nuestras semillas están en perfectas condiciones para comenzar a germinar.
Seguro que con todo esto os han entrado ganas de probar a hacerlo, así que... ¡ánimo y a germinar!
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